lunes, julio 10, 2006

El amor... qué lindo que es!!!

Conocerse:

En invierno de 1998 mi vida era una corrida. Con mis 20 años recien cumplidos parecía que si no me apuraba no me daba el tiempo. Ahora me doy cuenta de que tenía razón, pero tendría que haber disfrutado un poquito más...

En esa época me levantaba a las 5 y media de la mañana, corría hacia el ómnibus que me traía luego de 1 hora y cuarto de viajes paradas, apretones, subidas, "corransen que hay lugar" a Montevideo desde Pando, ciudad donde se puede decir que vivía, si vivir es ir a dormir un rato.
Bajo ese mismo criterio casi puedo decir que vivía en el omnibus, el viejo y querido Carlucho, ya que no me importaba nada los empujones ni los gritos del chofer, y pronto establecí una regla de oro, que mantengo hasta el día de hoy: yo en el carlucho duermo.

A las 7:30 entraba a clases en la ORT donde estudiaba Lic. en Análisis de Sistemas. Iba por mi 4to semestre y me iba bastante bien (modestia aparte) me gustaba la carrera y aún no había empezado con lo pesado de la programación. No comprendía aún la rutina y la disciplina que tienen que tener los buenos programadores, cualidades que no poseo en lo absoluto como más tarde descubrí.

Salía famélica de clases a las 11:30, pero el presupuesto estudiantil con suerte pagaba una mini hamburguesa o un sandwiche, que a mi me parecían manjares. Tenía que comer mientras me reunía con compañeros para repartir tareas y estudiar brevemente, ya que a las 13 tenía que salir a tomar otro ómnibus que me llevaba del centro de Montevideo a Portones de Carrasco, casi en el límite departamental, y luego de 50 minutos de viaje más o menos llegaba al Shopping de Portones donde a las 14 entraba a trabajar en el primer cyber cafe de Uruguay. A las 22 salía, corría a tomar el ómnibus a Pando que pasaba a una cuadra y un shopping de distancia y a dormir una hora más camino a casa donde tenía tiempo para bañarme, cenar, comprobarles a mis padres que tenían una hija, no solo una cuota en la universidad, discutir con mis hermanos que me aseguraban que yo ya no vivía ahí que aún tenía derecho a mi cama y mis estantes en el ropero y si me quedaba tiempo estudiar un poco para el día siguiente.

El trabajo ese lo conseguí luego de una entrevista personal rarísima, super corta, de la que salí convencida de que no había conseguido el trabajo. Luego al llegar a casa me llamaron y me dijeron que el trabajo era mío, que empezaba en 2 días. Que cuando llegara a trabajar me explicaban las tareas. No lo podía creer, pero no iba a decir que no. A pesar de trabajar todos los días, inclusive sábados y domingos, no era mal trabajo.

Cuando me presento a trabajar me explican todo y me recalcan varias veces: "a ésta área la llamamos el gallinero, NADIE puede entrar acá, es donde estan los servidores y solo vos tenés permiso para pasar". El gallinero en cuestión era una especie de isla rodeada de mostradores donde estaban las máquinas principales y las impresoras.
Diez minutos después de haberme presentado a trabajar, el dueño se fue a su oficina arriba del local y me dejó sola con todo. A lo hecho pecho pensé yo, tragué saliva y puse mi mejor cara de yopuedoconlatarea.
Iba todo sobre ruedas hasta que dos horas más tarde veo pasar a un caballero muy decidido. Antes de que pudiera salir a preguntarle si podía ayudarlo en algo se mete como loro por su casa en el bendito gallinero. Cuando entro al mismo a explicarle que ahí no podía entrar me tira con un "Qué hacés acá? Acá no se puede estar?" que encendió mi sangre taurina. Ahí mismo y en el mismo tono le contesto "qué hacés VOS acá?! salí ya mismo". El intercambio de improperios duró unos segundos, hasta que alertado por los tonos de voz apareció el dueño corriendo por la escalera. Muerto de risa se acercó a nosotros y me dijo "Natalia, te presento a Alain, tu gerente" y a él "Alain, te presento a Natalia, tu nueva empleada".
Yo suspiraba por que la tierra me tragara y él se enojaba por no haber sido alertado antes de la decisión, pero... entre nosotros nos miramos y nos reímos. Qué más podíamos hacer.

Lo que no podía imaginarse el dueño del cyber, ese 16 de octubre, es que me estaba presentando a mi futuro marido. Y si se me aparecía un hada a contarmelo en ese momento... la mandaba a freír espárragos!

1 comentario:

topita_voladora dijo...

Hola Nashie!!! que bueno conocer una uruguaya!!!Ojalá sigamos en contacto!
Me voy a fijar bien en los errores que me decís, la verdad que todavía no hice ningún modelo de esa revista.
Me dió gracia porque yo tb estudié lo mismo que vos en la ORT! :)

Me encantó tu historia de amor con tu futuro marido, linda manera de conocerse! jajaja

Un beso!!!